martes, 19 de junio de 2012

Una noche de tormenta,, Rómulo estaba sentado en su trono. Cada minuto, llovía mas. El techo de su palacio se partió por la mitad y en medio de la tempestad, se podía distinguir un rostro, era una cara pálida, con ira; una inmensa barba roja y unos ojos como el carbon; era su padre, Marte: Éste, gritó con gran fuerza y un torbellino, despedido por su boca, rodeó a Rómulo, y se fue elevando poco a poco al cielo, una vez alli; amaneció y llegó la calma, tras la tempestad.

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